El «Pájaro» que vuela con los pies en la tierra
Federico «el pájaro» Marín creció con el básquet y a los quince años viajó a Olavarría a empezar su carrera profesional. A partir del esfuerzo mejoró su juego cada año y hoy es pieza clave en Estudiantes de Concordia. Voló y progresó mucho en el deporte, pero también se «hace un tiempo» para ayudar a los que menos tienen. Su crecimiento, la adaptación a los cambios, el video que le hizo cambiar la cabeza, los momentos difíciles y su costado solidario.
Los inicios en el básquet
«Arranqué a jugar a los 8 años a través de mi hermano, que era más grande y alto, y en Huracán de San Justo lo querían sí o sí a él y yo me sumé. Después pasamos en infantiles a Banco Provincia con Carlos Duro de entrenador y aprendí mucho con él. Cuando yo ya tenía 15 años nos llamó Alejandro Pepiche para un Campus en Olavarría y fuimos. Mis viejos me apoyaron, me encantó la ciudad y el club, y ahí decidí quedarme para arrancar mi carrera. Hasta los 20 estuve en Estudiantes y como me vieron jugar bien una de las finales de la Liga Nacional pude ir a Italia donde estuve tres años».
«Recuerdo que cuando viajé a Olavarría yo ya sabía que me quería dedicar al básquet, extrañaba a mi vieja, pero tenía claro lo que quería. Por eso no fue tan difícil ir a Italia. Yo con 12 años ya estaba enamorado del básquet, vivía adentro del club (Huracán de San Justo) y no dudé cuando se dio la oportunidad de ir a Olavarría. Pude terminar el primario y me faltan pocas materias para finalizar la secundaria y lo quiero hacer».
Su crecimiento individual y la adaptación a los cambios
«Lo fundamental para crecer es trabajar, sacrificarse y tener continuidad. En estos años he tenido distintos roles en los equipos y los acepté. A mí me gusta tener protagonismo, pero también estuve en Quimsa con una función mucho más defensiva. Hay que ser constante para estar en alto nivel, donde muchos quieren estar. La Liga es una competencia muy dura y por eso no hay que aflojar».
«Yo soy un jugador al que siempre le gustó entrenar, pero una vez Lucas Pérez me hizo ver un video que hablaba sobre «cuánto realmente» cada uno busca lo que desea. Ese clip me hizo dar cuenta de que a pesar de entrenarme mucho, podía dar más. Eso lo ví cuando tenía 29 años, me hizo un «clic» en la cabeza, me ayudó a crecer. Me hubiera gustado verlo antes«.
«Me adapto rápido a los nuevos clubes y a las ciudades. Yo soy bastante sociable, lo más difícil es para la familia que va a un lugar nuevo. Es fundamental tener un buen grupo en el equipo para estar bien».
Momento difícil en la carrera profesional
«Hubo un momento complicado en mi carrera. Después de Olavarría voy a Belgrano de San Nicolás y no tenemos una buena Liga. Fui a Guatemala a jugar, pero cuando volví encontré un mercado cerrado, cambié de representante, pero me quedé sin equipo. Tuve que esperar y seguir entrenando. Fue un momento duro, pero me ayudó a valorar el lugar donde estaba, aprendí mucho y ví cuáles eran mis verdaderos amigos que me acompañaron. Por suerte en diciembre fui a Argentino de Junín en el TNA (2007-08), fue una mitad de año maravillosa y llegamos hasta las finales. Volví a tener confianza, a creer en mi juego y a disfrutar adentro de la cancha. Soy un agradecido a la gente de Argentino porque me dio la chance de volver a jugar. Fue el tiempo más difícil de mi carrera por quedarme sin club, más que el descenso que sufrimos con Belgrano en la temporada anterior. No jugar sentí era lo peor que podía pasarme«.
La elección de los clubes y los jóvenes
«Cuando era más joven prestaba mucha atención en el dinero, el monto del contrato. La experiencia te hace ver que la plata no es lo único importante y hay que ver otras cosas a la hora de elegir destino. Hace un tiempo y después de tener algunas malas temporadas, hoy pienso también en el tipo de club que me llama, converso con el entrenador para ver cuál es la idea, qué rol voy a tomar en el equipo y obviamente lo económico siempre está».
«Me gusta mucho hablar con los jóvenes y el día de mañana pienso tal vez en ser entrenador. Veo que hay clubes que están trabajando bien en ese punto, pero creo que hay mucho por mejorar en el trabajo con los jóvenes. Recuerdo que en Estudiantes de Olavarría teníamos reglas claras y un tutor que nos controlaba y ayudaba. Hoy siento que se puede mejorar y hacerles entender a los chicos que están para crecer y evolucionar, algunos pierden el tiempo y otros lo aprovechan bien».
El tiempo libre y el «Pájaro» solidario
«El tiempo libre lo trato de aprovechar con mis hijos, me gusta ir a pescar y me gusta trabajar en la parte solidaria, ayudar en lo que puedo. Después de la inundación del año pasado en Concordia, que la viví bien de cerca y en primera persona, me di cuenta de la necesidad que tiene la gente. A través de un amigo, Lucas, que era kinesiólogo de Estudiantes, empezamos a trabajar para dar una mano en dos comedores y a gente que lo necesita. No se precisa demasiado para ayudar, hay que ponerse y dedicarse un tiempo. Utilizo muchas veces las redes sociales para comunicar las maneras en que se puede colaborar o lo que hacemos para juntar cosas. Me gusta hacerlo, me hace sentir bien y feliz. Quiero seguir con esto y en el futuro armaremos algo con mi señora en Olavarría».
La Liga arriba y abajo
«La Liga ha mejorado en muchas cosas como en el tema marketing, la gente conoce más la Liga Nacional, pero en otras no, que quedaron en proyectos. Cuando se cerró el torneo y se jugó sin descenso se habló de crecer en infraestructura, algunos clubes lo hicieron y otros no. Sigo viendo instalaciones que quedaron como estaban hace cinco años atrás. Son los menos los que mejoraron. En el verano se hace difícil jugar con tanto calor aunque obviamente lo hacemos igual. Son pocos los que pusieron aire acondicionado y entiendo que es costoso, pero se pueden también hacer otras cosas como poner buenos ventiladores que ayuden. También, como ya dije, se debería mejorar en el trabajo de la cantera y los juveniles».
El futuro tras el retiro
«Me veo cerrando mi carrera en Estudiantes de Olavarría, es mi lugar y vivo ahí. Estoy muy cómodo en Concordia, pero me gustaría que mis hijos me vean jugar en Olavarría. Tengo mi casa y también mi negocio de ropa ahí y siento que es mi lugar. Más adelante también quiero ser entrenador, trabajar con los pibes, me veo vinculado al básquet al terminar mi carrera como profesional porque lo vivo como una pasión».
Entrevista: Julián Olmedo, prensa AdJ