La dura historia de «Piculín» Ortiz
El ex jugador y estrella puertorriqueña brilló adentro de la cancha pero sufrió por problemas con las drogas. A partir de su retiro todo fue más difícil para él, pero encaró la rehabilitación tras ser procesado, realizó trabajos comunitarios y ahora empieza una nueva etapa. La vida de un fenómeno, que nos deleitó en las canchas, pero que la lucha afuera.
El astro del básquet boricua vive un momento especial. José «Piculín» Ortíz cumplió las 600 horas de servicio comunitario, que le habían impuesto legalmente, tras ser arrestado en el 2011 y procesado por posesión de drogas. El ex pivot, tras declararse culpable, pasó algunos meses en la cárcel, pero después estuvo en una clínica de rehabilitación donde comenzó con el largo camino de recuperación.
«Piculín» escribió una conmovedora carta tras terminar con este proceso que publicó a través de su cuenta de twitter:
Su carrera deportiva fue exitosa desde sus comienzos, porque con 18 años debutó en la Liga de su país y conquistó el título en 1985 con el Atléctico de San Germán. Así elegió el camino de la NCAA de Estados Unidos donde fue figura en la Universidad de Oregon State para luego ser el primer jugador boricua en ser elegido en el Draft de la NBA. En 1987 Utah Jazz apostó por él, pero se fue a España donde jugó en el CAI Zaragoza en la ACB. Mostró un gran nivel en la ACB y entonces llegó su debut en la NBA donde estuvo casi dos años. Luego volvió a España para mostrar su talento en el Real Madrid, el Barcelona y el Unicaja.
El pivot de 2.07, nacido el 25 de octubre de 1963 en Aibonito, es reconocido mundialmente por sus performances con la Selección de Puerto Rico. Jugó cinco mundiales y cuatro Juegos Olímpicos representando a su país y dejó todo por el conjunto nacional hasta casi los cuarenta años. Los amantes del básquet disfrutamos de sus movimientos en el parquet, talento y corazón para jugar. En el medio también sufrió (en 1998) tras dar positivo en un control antidoping donde se le detectó una sustancia prohibida. Fue otra piedra más en su carrera.
«Piculín» se retiró profesionalmente en el 2006 con 43 años con una vastísima trayectoria deportiva, pero le costó enormemente adaptarse a su nuevo momento, situación por la cual atraviesan muchos deportistas que han tocado la gloria. Se divorció y sufrió por ello, puso algunos negocios que no tuvieron éxito y luego fue encontrado con una importante plantación de marihuana en un departamento que alquilaba. También tuvo problemas con el consumo de cocaína y su vida, tras ser una gran estrella, entró en un camino sin rumbo después de haberse retirado.
El boricua se declaró culpable en el 2012 y fue procesado, estuvo seis meses en la cárcel, salió con libertad condicional, fue a una clínica de rehabilitación por su adicción y tuvo que realizar seiscientas horas de trabajo comunitario las cuales acaba de terminar.
Con mucho esfuerzo fue levantando vuelo y ahora su presente es otro. Estas charlas contando su experiencia lo ayudaron a verse a sí mismo, a conocerse y sentirse muy útil trasladando su experiencia a chicos y jóvenes.
Hoy, la estrella de otros tiempos colabora con FIBA Américas y dirige programas y escuelas importantes de básquet. «Piculín» subió alto, cayó fuerte y volvió a levantar. «Sin correr una sola cancha ni mover un balón he logrado el mayor de mis triunfos, impactar positivamente en la vida de muchos jóvenes». Eso también hace una verdadera estrella, le ganó a su propia frustración, a sus propios problemas y volvió a vivir con la «conciencia tranquila».
Nota: Julián Olmedo, Prensa AdJ.